¿Cómo funciona una alarma?
El funcionamiento de una alarma en general se ha ideado para que sea sencillo e intuitivo, para facilitar el uso a los usuarios finales. La centralita se conecta a una serie de componentes accesorios, con un cable o con el sistema inalámbrico. Cada uno de los accesorios realiza una sola función, fundamental para un correcto funcionamiento del sistema de alarma.
La "centralita de alarma" representa el "cerebro" del equipo de seguridad, y es a este dispositivo al que se conectan todos los otros, para que el sistema antirrobo esté completo y funcione. Se puede controlar mediante mandos a distancia, llaves electrónicas y a distancia con un módulo 3G/4G conectado a una tarjeta SIM IoT, la centralita activa o desactiva la alarma, registra eventuales problemas técnicos y envía el relativo aviso.
La conexión entre la centralita y los sensores y las cámaras, las sirenas y los contactos magnéticos situados en puertas y ventanas es fundamental para evitar cualquier intrusión no deseada.
Cualquier posible intrusión es detectada por los sensores de movimiento, básicos para un funcionamiento correcto de un antirrobo. Se detectan los movimientos de un cuerpo humano y después son comunicados a la centralita, para poner en marcha la alarma.
Es importante que estén calibrados perfectamente, para garantizar detecciones reales y no generar falsas alarmas por animales en movimiento, pájaros, arbustos desplazados por el viento, u otros elementos. Son excelentes detectores los modelos PIR por infrarrojos y las barreras para evitar las intrusiones.
La sirena es el clásico componente que todos reconocen incluso visualmente, para señalar la presencia de un antirrobo en casa o en otros edificios. Las sirenas pueden ser numerosas, colocadas en lugares estratégicos para emitir señales tanto visuales como acústicas. En ambos casos, alejan a cualquier persona con malas intenciones y avisan a los vecinos de casa del intentos de hurto.